Unidad de periodoncia

La periodoncia es la parte de la odontología que se encarga de detectar, medir y tratar las patologías que afectan a los tejidos que rodean y fijan al diente, como son las encías, ligamento periodontal y el hueso alveolar. La causa de la enfermedad periodontal es la placa bacteriana que se adhiere a los dientes. La correcta limpieza dental es fundamental: el cepillado debe ser diario y cuidadoso y acompañarlo con hilo dental.
Tanto la gingivitis como la periodontitis son patologías infecciosas que afectan a los tejidos que sostienen los dientes, las llamadas enfermedades periodontales. En la Clínica Dental Adalia contamos con una Unidad Periodontal con la tecnología más avanzada para ayudarle a prevenir esta enfermedad y realizar un diagnóstico seguro.
Según la Encuesta Nacional de Salud, ocho de cada diez españoles mayores de 35 años sufren problemas en sus encías. La inflamación y enrojecimiento de las encías se llama gingivitis y se puede combatir con una higiene dental o profilaxis en su dentista habitual.
Pero si la enfermedad avanza se produce una infección bacteriana llamada periodontitis: una enfermedad inflamatoria infecciosa crónica de la encía y de los tejidos que dan soporte a los dientes. Esta enfermedad puede acarrear más problemas de los que se ven a primera vista.
Gengivitis
La gingivitis se produce cuando la patología afecta sólo a la encía, causando un proceso inflamatorio que todavía es reversible. Cuando la gingivitis no es tratada a tiempo, se producen otros factores que pueden iniciar la periodontitis (también llamada piorrea) donde, además de la inflamación de la encía, surgen problemas más graves como una destrucción profunda que afecta al resto de los tejidos del periodonto.
Existen varias causas para que una gingivitis se convierta en periodontitis, desde factores genéticos hasta el consumo de alcohol, tabaco, sobrepeso, estrés y mala higiene bucal. Si a eso le sumamos que por culpa de la crisis hemos vivido un retroceso en la adopción de medidas preventivas, hemos convertido esta enfermedad en una enfermedad silenciosa con graves repercusiones para la salud oral y, por extensión, para nuestra salud en general.
Aunque hay personas predispuestas genéticamente a desarrollar la enfermedad, la mejor manera de prevenir la periodontitis es mantener una correcta higiene bucal. De esta manera podemos controlar la placa bacteriana. Si aún así, descubre algunos de los síntomas habituales de esta enfermedad, como el sangrado de encías, mal sabor de boca, pus o mal aliento, o forma parte del grupo de riesgo, no se ponga nervioso y acuda a su dentista de cabecera. Con una pequeña sonda, su odontólogo evaluará si los tejidos están inflamados superficialmente o ya se ha producido una pérdida en los tejidos de soporte.
El mejor tratamiento para su boca es la prevención. Muchas de las enfermedades que afectan a la salud de la boca se pueden prevenir y la mayoría se pueden tratar. Las visitas regulares al dentista pueden evitar perdidas innecesarias de dientes, evitar dolores, disminuir gastos, preservar las funciones bucales y mejorar el estado general de la salud.
Las consecuencias de la periodontitis a medio y largo plazo pueden ser devastadoras. Entre las enfermedades que se agravan o que aumentan su riesgo destacan la diabetes, el infarto de miocardio, parto prematuro o bebes con poco peso. La periodontitis suele estar asociada a la neumonía bacteriana, bronquitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y abscesos pulmonares.
La teoría es muy sencilla: al tragar o al respirar transportamos las bacterias propias de la enfermedad periodontal expandiendo nuestro problema bucal por todo el cuerpo. Además, mientras tragamos comida y saliva estamos transportando todas las bacterias a nuestro torrente sanguíneo. Por tanto, no tenemos un problema puntual en la boca sino que estamos extendiéndolo por todo el cuerpo.

¿Cómo identificamos la periodontitis?
La periodontitis la podemos identificar por el sangrado de encías (en las personas fumadoras este síntoma queda enmascarado por efecto del tabaco) el mal sabor u olor de boca, enrojecimiento, pus, retracción de las encías, movilidad de los dientes, aparición de espacios o cambios de posición de estos e hipersensibilidad al frió o calor.
Con tantos problemas asociados, la mejor manera de manejar la situación es incluir un completo examen periodontal (sondaje y análisis) a cada paciente que incluya la historia clínica médica y odontológica, examen radiográfico y una evaluación de los factores de riesgo para poder hacer un diagnostico seguro y desarrollar un plan de tratamiento óptimo. En este tratamiento se incluye un periodontograma donde queda reflejado las medidas de las bolsas periodontales y su sangrado para poder ser contrastadas en las sucesivas visitas.
El sondaje se realiza con la Sonda Florida, obteniendo medidas de profundidad en tres puntos por cada cara del diente, lo que permite definir con mucha precisión el estado periodontal de cada diente, nivel de hueso, medida de la bolsas periodontales, adhesión gingival, localización de la placa, supuración y nivel de sangrado.
Toda la información que se obtiene del paciente se vuelca en un software informático que puede reproducir los resultados. Esto permite mejorar la calidad del servicio de periodoncia con una presentación audiovisual de los resultados de la exploración. El software del sistema nos indica, una vez que el paciente ya tiene su historial introducido de una exploración anterior, las áreas de posible actividad entre la primera y la segunda exploración. De esta manera, se puede realizar un mejor diagnostico de la actividad periodontal, indicar al higienista las zonas de más riesgo y en caso de recaída, detectarla precozmente.
Con este método, la explicación al paciente de su estado periodontal es más gráfica, por lo que resulta más fácil de entender tanto su problema como el futuro tratamiento, permitiendo al paciente identificar fácilmente las áreas que requieren especial atención y comprender la calidad de su evolución, que obrará como elemento de motivación para continuar su tratamiento.
Las pruebas de análisis nos permiten conocer con exactitud la predisposición genética o cuáles son las cepas más activas en cada paciente, para de este modo tratar con antibióticos de manera más directa y efectiva.

¿Y en el embarazo?
En el embarazo se producen importantes cambios hormonales y circulatorios que se manifiestan por alteraciones en la vascularización de la mucosa oral y modificaciones del pH de la saliva que favorece la aparición de la enfermedad periodontal, proliferación de la placa dento-bacteriana y caries.
Es posible que si la paciente está embarazada y sufre enfermedad periodontal pueda tener riesgo de dar a luz a un bebé prematuro de bajo peso. Y es que desde hace tiempo se relaciona a numerosos factores el hecho de dar a luz a un bebé con bajo peso, como es el alcohol, tabaco, drogas o infecciones.
Según la Asociación Dental Americana (ADA), existen dos mitos con respecto al embarazo y la salud oral: la pérdida de dientes como consecuencia de éste y la obtención del calcio de los dientes si la dieta es insuficiente en calcio.
Por lo tanto se debe prestar una especial atención al cuidado de dientes y encías con visitas regulares al dentista, especialmente en el segundo y tercer trimestre del embarazo para controlar la gingivitis. De esta manera se contribuirá al desarrollo saludable del bebé. Hasta un 70% de las embarazadas padece alguna forma de enfermedad gingival.